Alejada de toda realidad, al
margen de la vida, de lo que debe ser y no es, de lo que se supone debo sentir
y no lo siento… esa a quien yo veo, esa
no soy yo.
Bajo la misma sombra que me
absorbe noche tras noche y el brillo que me aturde los sentidos día tras día,
siento que me desconozco, que me alejo sin posibilidad de retorno alguno.
Me freno. Me espanto. Hasta dónde he de ver un reflejo que no me corresponde?
Con el cual no me siento a gusto... ni a flor de piel.
Con el cual no me siento a gusto... ni a flor de piel.
Entonces me pierdo, me escondo dentro
de mis profundidades. De modo arrogante y consentido, me convierto en oruga con caparazón de tortuga...
Camuflajo mis
costras, manchas, heridas, fealdades y caigo en picada volando, me mareo estando
firmemente de pie, despierto soñando que
sueño al despertar y compruebo una vez más, de manera casí cíclica, con desgano e indiferente hastío, que esa que me observa atentamente... esa no soy Yo.
sueño al despertar y compruebo una vez más, de manera casí cíclica, con desgano e indiferente hastío, que esa que me observa atentamente... esa no soy Yo.
Aquella que hoy me mira con inquieta
curiosidad, asombro y sorpresa, del otro lado del espejo, insisto, la desconozco y tampoco me animo a conocerla. No tiene nada que ofrecerme, salvo falsedad.
Y es cuando entonces, me invaden
las dudas, temores y desconsuelos. Sin saber si lo errático está en mi ser o en el
espejo aquel. Algo está fallando, hay un
desencaje…. pues mi reflejo no me corresponde y mucho menos, me comprende.
Siento que soy traslúcida, etérea, frágil o por lo menos eso pretendo ser, pero insiste
una y otra vez en mostrar aquello que no soy, un cuerpo mal intencionadamente
real, a mi pesar fuerte, brillante y vibrante, dispuesto a hacerse notar… Ese
mismo cuerpo con su aura que trasciende, aquel que los demás necesitan ver de
mi, pero que no corresponde a mi realidad.
Y me espanto al punto de gritar,
no de miedo, sino de desesperación porque desconozco dónde quedo mi ser, en que
camino varado, o con quién se encuentra mi verdadero yo, secuestrado, marchito,
tiritando de frío. Lo cierto es que en mí no está.
Insisto… con necedad casi frenética,
esa que veo y que me devuelve su mirada,
engrandecida, poderosa, explosiva… esa
no soy yo.
Con tanto título que incomoda, la
modelo, el ejemplo, la líder. el alma de la fiesta, la segura … esa no soy yo! Empequeñecida, aberrante, difusa y
compleja.
Lo soy y no lo veo. Se oculta o fue robada?
Lo soy y no lo veo. Se oculta o fue robada?
Que me conozco desconociéndome,
que me comprendo enredándome, que me analizo dejando de pensar enfocada en la
nada, que me encuentro perdiéndome sobre mis propios pasos y lo único cierto en
esta historia descabellada, que tiene fin más no principio, es que aquella que
insisten en ver, esa no soy yo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario