jueves, 18 de junio de 2015

NO TENEMOS HISTORIA!

No tenemos historia y aún asi me gana el empeño de creer que si...
Y sin tenerla, heme aqui pensándote, escribiendo de ti, de lo nuestro, de aquello inexistente e intangible.

Regodeándome en todo aquello que nunca sucedió. Mas no importa, solo basta con saberme dueña de mis sueños, de historias que solo ocurren en mi propia mente, dentro de mi mundo imperfecto.

No tenemos historia pero mi necia terquedad, redundantemente insiste en que la fabrique para mí y la invente para ti.

No tenemos historia...
No hay recuerdos que atesorar.
No existen momentos que narrar con orgullo o nostalgia y mucho menos, nadie dispuesto  a escuchar.

No puedo detallar ni una sola fotografía en la cual estes tú ni evadir algún lugar al cual no entrar.
No hay hoteles, herbazales ni baños que estremezcan mi cuerpo al recordar los momentos sexuales que en tu compañia viví.
Ni siquiera puedo dedicarte canciones, poemas.... No existe entre nosotros aquella célebre "canción de dos"...y qué?! Aún asi, insisto... a pesar de... produces suspiros, gestos, desvelos y desesperación.

Y es que mi mente insiste en tenerte presente cuando ni siquiera fuiste parte de mi pasado y claro, mejor ni mencionar, el futuro.

Y sí! Lo admito, sin historia, me cobijas fuertemente entre tus brazos, me sonrojas al mirarme envuelta en el reflejo de mi propio espejo  y dibujas una sonrisa callada, secreta en mis labios.

¿Ya he escrito que no tenemos historia?  Ni conjunta ni cercana. Más bien, remota, extraña, difusa. Y con seguridad nunca la tendremos pues erramos el camino, no coincideron nuestros momentos e inclusive me adelante a tu tiempo.

Llegamos tarde a nuestro propio encuentro.
Nos acompañan a nuestro pesar  seres equivocados, casí perfectos, y heme aquí, escribiendo de aquello que nunca sucedió. De todo ésto sin ser real. E irónicamente, tú, protagonista de mi historia, te encuentras leyendo mis escritos sobre ti pero sin mi. Acompañado y vacio, al igual que yo. Amado y solo.

Es nuestro destino, vivir juntos sin estarlo. Pertenecernos sin conocernos, como una carga que no se quiere asumir pero se debe llevar.

Bizarra, compleja y absurda ésta, nuestra vida, que sin tener historia produce sentimientos, resaltos, espanto, desvarios, añoranzas y ansiedades.

Que produce nostalgia sin tener a quien extrañar.
Que en escalada simétrica me llena de ansiedades, sin tener por quien esperar.

No espero por ti pero te siento cerca.

No esperas por mí pero sientes mi presencia. 

y así, sin tener historia, se entretejen nuestras vidas en paralelo imaginando momentos  cada vez más distantes, difusos, étereos...

Y no es mi culpa el sentirte, el pertenecerte... asi como no es tuya, el pensarme.

Pero lo cierto es... solamente una gran pérdida de tiempo, esfuerzo y emociones.
Pérdida de abrazos, recuerdos e inventos.
Pérdida de latidos acelerados sin fundamento. Pérdida de deseos de entregar aquello que no se espera. Aquello que no se pide pero se desea.

Es que de a momentos se me olvida. Realmente se me olvida que somos dos.... aquellos dos que no tienen historia ni nunca la tendrán..

miércoles, 10 de junio de 2015

La soledad pese al abrazo.

Que no me digan que la compañia se nota, pesa y se siente, porque muchas veces no es asi. Incluso, a veces, incomoda. Asusta y enerva.

Hay momentos en que te sientes acompañada estando sola y otras, muchas... más de lo que debería ser, te sientes vacia, sola y deshecha cerca de tanta gente, jolglorio y afecto.

Y he de reconocer, a regañadientes, lo que tanto se lee y escucha por alli de maestros y de falsos líderes que incautan  almas carentes de afecto  y bolsillos de ingenuos desprotegidos de amor propio, que son demasiados y por ello, demasiadas las estafas: Y es que no se puede sentir lo que no se tiene, aún cuando lo anheles.

Por eso, puede ser tu sueño que te amen, consientan y respeten. Pero si no sientes ninguno de estos sentimientos por ti misma, imposible sería atraerlos, raro reconocerlos, extraño aceptarlos y casí improbable sentirlos con agrado.

Es que cuando se anda a la defensiva y con sentimientos de paranoia y sospechas infundadas, todo lo vez "mal intencionado" o
con doble y misterioso matiz, a pesar de que sea para tu bien, todo, absolutamente todo lo verás mal y por ende, tendrás el irresistible impulso de evitarlo, huir o escapar.

Con dolor he de reconocer que no se puede negar que el sentimiento de "desmerecer" lo que mereces es mucho más grande que la voluntad de recibir con agrado las sorpresas y bondades que nos tiene la vida deparadas.

Cuando estas mal, si se te acercan, cuestionas el porqué. Analizas, indagas y escudriñas las motivaciones "reales" de aquel que quiere estar contigo. Sospechosamente intuyes que algo en esa persona "no va bien" porque si lo fuera, no te hubiese elegido a tí.
Asi de sencillo. Sin darte cuenta, te transformas en tu peor enemigo, aquel que anhela compañia, besos, caricias y abrazos pero que por inseguridad y poco amor propio, aleja de si todo ésto e inclusive, más.

Y es cuando escuchas lamentaciones, diatribas y cuestionamientos. En voz alta y con el corazón parti'o con borbotones a chorros de sangre. ¿Que porqué no me quieren?.  ¿porqué se alejan? ¿Cúal es mi problema? ¿ porqué estoy sola? ¿acaso no merezco que me amen? y la clásica "Que mala suerte tengo!!!" ...Cuando en realidad la suerte no juega ni el enésimo lugar, mucho menos papel preponderante en esta historia ni en sus consecuencias.

Lo único cierto aquí es que si te aman y no lo sientes, si se preocupan por ti y dichos actos o sentimientos no llegan a tu psiquis, el problema no está en quien abraza, sino en quien estaba supuesto a recibir el afecto. Es decir, el problema eres TÚ... o mi persona... o quien quiera que le guste escapar del amor, del afecto, de la entrega. El problema no es de quien se da, sino de aquel que no quiere recibir...

Si no has logrado captar el fluir del amor en tu vida. Si eres incapaz de gozarte un amanecer en compañia, una sonrisa sincera, un guiño de ojos, unas mejillas rebozantes de rubor por tu causa, unas miradas ardorosas de deseo por ti, el vaiven sonoro de un cama al hacer el amor.... si eres incapaz de admirar todo aquello que el otro u otra, tienen y quieren ofrecerte, no solo no mereces el abrazo.... mereces seguir nadando en el más hondo mar de tu autoinflingida soledad.

No añores el abrazo, si no estas preparado para recibirlo.