jueves, 19 de marzo de 2015

UN HOMBRE DE VERDAD....

     Un hombre de "verdad" NUNCA critica las herramientas o recursos que utiliza la mujer para minimizar o disimular sus rasgos negativos en rostro o cuerpo. NO critica el tiempo, dinero o empeño que toma en  arreglarse, en resaltar sus atributos y verse mejor o más atractiva de lo que es....

Un hombre de "verdad" NO critica los tintes, texturizados o Alisets, extensiones, maquillaje, perfumes, prendas, de oro o no,  en orejas, muñecas, tobillos o cuello, brassieres con aumento de almohadillas o con hierritos de metal en el borde. Tampoco se burla de las mujeres que usan panties "recoge panza o aprieta todo", tipo "faja" y/o levanta cola, que se pegan uñas, falsas o no, con manicura y pedicura, que  se colocan una a una pestañas falsas, que enloquecen con la ropa bonita o a la moda y que aman los tacones estiletos o las bailarinas....

Al contrario, a un hombre de “verdad” le gusta ver a la mujer, sobre todo a la suya, arreglada, bonita y femenina, sin pensar ni en broma que es "una provocadora o seductora en serie", sin acusarla de "bien que te gusta la vaina", sin sospechas infundadas de que se arregla por o para otros.

Un hombre de "verdad" sabe que al margen de las falsedades que utilizan las mujeres para arreglarse, su esencia llámese "Alma, temperamento, carácter y afectos" son auténticos. También sabe que lo que le gusta realmente de la mujer: su vagina, ano, sus labios carnosos, su lengua húmeda, su cuello largo, sus senos suaves (uno más grande que otro) con sus pezones erectos y firmes al tacto, la textura y suavidad de su piel, el arco respingado  de su espalda, su olor al estar excitada, todos sus encantos femeninos puestos a su merced, gozo y dominio son verdaderos (salvo alguna que otra con excentricidades quirúrgicas...)
Un hombre de "verdad" NO ve a una mujer con ropa interior hermosa y sexy, con desagrado pensando que es una puta, casquivana o perra y claro, mucho menos se lo dice!!! Muy por el contrario, se siente afortunado del espectáculo expuesto ante sus ojos y aprovecha el momento de gozarla sin detenerse a cuestionar "dónde, cuándo, con quién o con cuántos" aprendió a mostrarse así, sin recato, pudor o pena.

Un hombre de "verdad" sabe que una mujer con condones en su cartera, es un ser humano “normal, segura de si misma e independiente, dueña de su cuerpo y sus momentos” con necesidad de afecto, diversión, algo de compañía y sexo, NO una promiscua desvergonzada, sino una mujer con un alto grado de educación, responsabilidad y conciencia consigo misma y hacia los demás. Que no quiere adquirir o transmitir alguna enfermedad venérea sino que a su vez, no desea traer hij@s a este mundo de manera irresponsable, sencillamente porque sí o por un mal llamado "accidente"...
 
Un hombre de "verdad" NO se burla del llanto, nervios, ansiedades o sensibilidad de su mujer. En silencio la apoya, la escucha, y aunque no la comprenda del todo, valora que los comparta con él.


Un hombre de "verdad" NO se siente angustiado, temeroso o inseguro si su mujer trabaja y/o estudia fuera del hogar. Al contrario, la incentiva, la halaga y le permite crecer igual o aún más que él sin sentirse amenazado y sin caer en reproches, competencias o chantajes...mucho menos en "juegos de poder".

Un hombre de "verdad" NO le teme a una mujer profesional. Más bien, se enorgullece de ella, aplaude sus logros y la anima tras un fracaso.

Un hombre de "verdad" sabe que su mujer tiene una vida a su lado y otra paralela donde comparte conversaciones, vivencias y pasatiempos con amistades, compañeros de trabajo y familiares, aún cuando él no esté presente. Esto NO representa para su ego masculino, una ofensa, problema alguno o trauma.

Un hombre de “verdad” se empeña en hacer sonreír a su mujer. Le evita disgustos o malentendidos innecesarios así como preocupaciones inútiles. Sabe que “el Cesar no solo debe ser Cesar sino parecerlo y actuar conforme a ello”.

Un hombre de “verdad” no promete, pero de hacerlo, cumple lo prometido. Se sabe autor de su vida, de sus palabras y de sus propias decisiones. No justifica sus errores ni  hace recaer sus propias debilidades en su mujer, culpándola injustamente.

Conoce sus prioridades y sabe que no tiene tiempo, energía ni interés en convertir su vida y la de su mujer en un martirio o un infierno por malas decisiones o traspiés, así que evita el ser infiel, el montarle una “amante de planta” conocida por todos y convirtiendo a su mujer en un hazmerreír público. Evita tener hijos regados por la calle, abandonarse en el alcohol, las drogas, la “chinguia”, los casinos o  la prostitución.  

Un hombre de “verdad” evita los dolores o  quebraderos de cabeza.

Un hombre de “verdad” sabe que no es el padre ni el verdugo de su mujer. Sabe que su mujer no es de su propiedad ni su alumna. La reconoce como lo que es, una compañera en esta vida terrenal y por tanto, entiende y acepta que  NUNCA debe ser golpeada, agredida en modo alguno, violada ni insultada. Nunca bajo ninguna circunstancia o bajo ningún pretexto. Se sabe en control de sus propias emociones para evitar que sus hijos lo vean como un maltratador. Trata de enseñarles lo que es un hogar y el valor de la familia, estable y tranquila.

Un hombre de “verdad” NO se espanta ante el paso de los años sobre su propio cuerpo y sobre el de su mujer. No le da asco ni agruras el peso, la flacidez, las estrías, las manchas o cicatrices en el cuerpo de su compañera de vida. Las valora en su justa dimensión, sabiendo que son pruebas irrefutables del paso del tiempo y de la vida que han compartido y gozado juntos.    

Un hombre de "verdad" sabe y conoce que la mujer es mucho más que maternidad, oficios domésticos, cocina y placer en la cama. Sabe que la mujer es mucho más que una cartera repleta de "chécheres sin fundamento" (pero todos necesarios y útiles).

Sabe y admira que en cada mujer, sobre todo en la de él,  hay presente un Cosmos complejo, infinito con  diversas capacidades y abstracciones, y está dispuesto a conocerla, gozar de ella y compartir con satisfacción la experiencia de caminar a su lado.



Un hombre de "verdad, verdad" ama y respeta a su madre. Admira a su padre.
Ama, cuida y consiente a sus  hij@s.
Ama, complace, divierte y conversa con su mujer....

¿Y tú, compartes tu vida con un hombre de "verdad"?

2 comentarios:

  1. Me pregunto si yo seré un hombre de verdad ...

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    1. Esta inquietud solo la puede responder usted mismo en su análisis interior y la mujer (o mujeres) que le han acompañado en esta aventura que se llama vida.
      Saludos y gracias por leer mis brotes mentales convertidos en letras....

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