martes, 10 de marzo de 2015

El Motín

    Sencillamente esperaron... como siempre, fingiendo lo que no eran, buen comportamiento y una actitud de estabilidad y orden. En realidad,  no eran más que ociosos avezados esperando una oportunidad.  No cualquiera, "su oportunidad" para tomar control del recinto, aquel que en otros tiempos fue suyo a sus antojos  ...

"Aguaitando" con calma pasmosa, con una maldad grupal, innata y permanente, utilizada solo para sus ruines intereses...asi permanecían,  de modo velado y cínico esperando....cual la muerte, que no se sabe a ciencia cierta cuando llegará pero siempre está latente.

En "stand by" solo con una meta en mente: Aprovechar un quiebre en las defensas, en los niveles de seguridad y retomar sus intenciones de escapar en el momento preciso.


Con paciencia.
En silencio. Compartiendo los integrantes del subersivo grupo, miradas cómplices y sonrisas maquiavélicas. Conocedores, en el fondo, que de un momento a otro tendrían su oportunidad....

Se aprovecharían de su  ya ganada fama de "de reos colaboradores y de confianza" y estarían alli prestos a atacar justo cuando las  defensas flaquearan, dejando expuestas y rompiendo así las supuestamente infranqueables barricadas...

Era cuestión de tiempo, agazapados... como fieras al acecho. No descansarían hasta lograr salir de esta cárcel impuesta hace siete años atrás.

Cárcel que no pidieron, que detestan y no necesitan.

Que en cierto modo les impiden ser quienes realmente son.  Antier libres, déspotas, haciendo de las suyas a sus anchas, tomando lo que desearan cuando lo desearan, pisoteando sin discreción si hacia falta, quitando del camino a quien incomodara, utilizando a las personas, manipulando situaciones, provocando daño, gestando traiciones, juegos macabros, pérdidas de tiempo, haciendo nacer desencantos, sufrimientos y  mentiras con alcanzes, valga la redundancia, inalcanzables....

Y aquí están,  todos,  sometidos, presos, deseosos de explotar y tomar el control de aquel lugar que ayer fue suyo y que hoy solo habitan como meros expectadores, cautivos de pies y manos, con sus bocas herméticamente selladas con gruesos "tapes" y en el mejor de los casos... sedados... totalmente obnubilados.

Recordando con nostalgia los años de caos, conquistas, entuertos.... lo mucho que gozaban sumergidos en lo malo, en lo destructivo cuando este lugar y todo cuanto emanaba de él  era solo suyo, sin límites, sin reglas, y sobre todo sin ningún tipo de metas ni dirección. Cuando solo cabía el espacio para la diversión y lo insano.


Todo era cuestión de tiempo, de espera y paciencia...

Su oportunidad llegaría.

Un evento, un olvido, una provocación, una situación estresante, un pensamiento sin control o intrusivo y se encendería la "chispa" y con ésta caerían por su propio peso las odiosas paredes que hoy separan aquellos compartimentos..
Y así sucedió... Lo malo tiende a repetirse...
Y luego de  siete años "confianza le ganó a malicia" y se suavizaron las normas de control y seguridad.

El procedimiento habitual, la rutina varió y con este desliz tomaron control de su mente. Inadvertidamente, como una borrasca cae sobre un terreno descarpado, tirando a su paso con fuerza inaudita rocas, tierra y escombros.

Y salieron como gacelas insanas los más aberrantes sentimientos, sensaciones y pensamientos hasta hoy atrapados y bajo buen recaudo en la mente.  El efecto mágico de la medicación cesó por solo un momento y fue así que  la Ira, transformada en Agresión y Crueldad se hizo líder del grupo, señalando el camino hacia la tan anhelada libertad. Guiándoles sin demora a tomar todo cuanto pudieran en la huida!

La auto compasión, junto a sus amigas de celda, la inseguridad y la dependencia se unieron al grupo en esta última encrucijada....

Era "ahora o nunca" gritaban la Impulsividad y la Compulsión, presurosas por volver a las viejas prácticas, repetir emociones ya conocidas que hace tiempo, y malamente a la fuerza,  dormían en este enclaustramiento....

Mientras el caos reinaba, el Miedo y la Tristeza observaban escondidos y apáticos desde una esquina de la mente, preguntándose si la intentona de fuga resultaría un éxito. Si esta vez las cosas terminarían mejor que hace años atras, si se les unian o esperaban quietos... Decidieron ser prudentes, más que nada por su característica inacción que por otra cosa, y esperar a ver cuanto duraba el motín y los alcances de sus estragos....

El Líder, la Ira, convencía al grupo de irreverentes  a seguir, a tomar control total de la mente y del cuerpo del cual erán en un tiempo pasado huespedes deseados y ahora, hace años, presos resentidos.

Al descubrir, que el Miedo y la Tristeza no se unieron a la revuelta y el caos, los tomaron de rehenes, sometiéndolos a horribles torturas y aberrantes situaciones.

Entre tanto, todo en ella sufría, con las explosiones de Ira incontrolable, presa de un torbellino de emociones ya olvidadas y ahora presentes con una furia y fuerzas  incontenibles.

Fuera de control destruía todo a su paso.

Ofendía. Agredía. Lesionaba. Gritaba, hería y se hería sin control cual río fuera de su cauce, tal como una cabeza de agua, pero sin ella.

Los amotinados se sentían victoriosos... fuertes e invencibles.

Los "flashbacks" traumaticos danzaban por doquier, por toda su mente dejándola sometida a sus desenfrenados desvaríos una vez más... deshecha, a su merced, bajo sus nefastas influencias...


...  y allí estaba ella, sin poder contener tanta negativa emoción, tratando de poner un alto a su vacío, a la oscuridad que luchaba por colarse en todo su ser.

La Ira se regodeaba orgullosa,  cuando dentro de las nieblas de aquel lugar caótico se logró vislumbrar un atisbo de esperanza.

Llegaba decidida y presurosa la Resilencia a poner orden en tan desenfrenada situación. Y se posesionó del lugar, levantando el polvo, saneando las heridas, por lo menos de modo momentáneo.....

Y detuvo la miseria en la que la mente y el cuerpo se encontraban inmersos.

Pausas, cansancios, suspiros de quietud y miedo.

Superada la crisis solo queda la incertidumbre y la verguenza de ver los estragos causados, las heridas provocadas y las miradas de decepción y miedo en aquellos que te aman.... que te aceptan, que te extrañan...

Es hora de recoger los escombros.
Pintar la casa.
Continuar la vida.

Reconstruir heridas y ganarse la confianza, una vez más, de aquellos que visitan tu espacio sin saber que tienes rehenes en tu propia mente.

Rehenes que de cuando en vez se rebelan y amenazan con destruir tu mundo exterior, tu fuerza y tu estabilidad.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario