miércoles, 17 de diciembre de 2014

Charcos de agua, lodo y lo demás...

Me encanta caminar sobre charcos de agua.

El caminar sobre ellos me calma, mis pasos se ven fuertes, pesados y sabios más sus reflejos son errantes, deformes y sucios.
No queda marca tras mi andar. No quedan pruebas ni consecuencias de mi oscilante caminar, cual si nunca nada hubiese pasado. No hay errores ni aciertos. Ni triunfos ni fracasos. Soy invisible, dichosamente anónima.

Me gusta caminar sobre charcos de agua o lodo.
Es que pareciese que soy una mujer con poderes sobrenaturales. Camino sobre agua sin ahogarme, sin temer, sin mojarme y sin necesidad de provocar reacciones, drama o desgracia.

Me enloquece caminar sobre charcos de agua, lodo o ambos.
Sobre ellos no es necesario fingir, no tengo que aparentar propiedad, rectitud ni sobriedad, ni siquiera decencia, mucho menos cordura.
Piensan que voy hacia algún lado "importante" y en mi interior.... gozo mi momento lúdico, dejándome llevar por el placer casí infantil que provocan las gotas, el chapoteo, el frío, el viento y mis propios espasmos.


Me vuelvo ociosa al caminar sobre charcos de agua o lodo.
Retorno a mis años de infancia, en los cuales abundaban los olores a tierra, hierba, atardecer y sano ocio, cuando podía estar sucia, desgreñada y al natural sin ser juzgada, cuando podía sonreir sin causa aparente y sin tener que dar explicaciones.

En los cuales no se esperaba realmente mucho de mi, salvo que creciera... y dejara de observar, cuestionar y juzgar lo que no entendiera o no era de mi incumbencia... pero que en realidad si lo era.

Me sosiega. Me apacigua el alma el caminar sobre charcos de agua .

Siento una quietud poco frecuente, anormal, al no poder ver realmente mi sombra reflejada, al perderme en las ondanadas acuáticas cual caricatura mal hecha pero perfecta. Tal cual soy en realidad, indiscutiblemente mal hecha pero definitivamente perfecta.

Se que estoy alli, veo mi reflejo pero no me reconozco y me encanta!!!.

Soy feliz y me confundo con los charcos...

Desaparecen los límites entre los charcos de mis ojos y aquellos callejeros.

Me sumergo. Me abandono y es solo entonces que puedo fantasear a ser quien quiera ser, separándome de mi fachada y olvidando al menos por pequeños momentos, el que Ustedes creen es, mi verdadero yo.




 

2 comentarios:

  1. Magnífica prosa. No sé si es tuya, pero, sea como sea, felicidades :-) Un saludo.

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  2. Gracias Ana Marquez! Un orgullo que le agrade una de mis humildes creaciones y
    Si. Si es de mi autoria.
    Saludos desde Panamá!!!

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