miércoles, 14 de enero de 2015

De esa que fuí ayer.

He notado que aún cuando mi esencia sigue intacta,  mucho de aquella mujer que fuí ayer ha desaparecido.
Tomo vuelo para mi bien y espero que para siempre, para no volver...

Evolucioné aún cuando siempre creí que sería imposible. Debo reconocer que lo peor emigró a otros mundos desconocidos.

Sin previo aviso ni intención, fuí dejando atrás todo lo viejo, las mañas, las excusas, las ideas sin fundamento y un poco la terquedad... eran baratijas de todo tipo, cual señales o pistas en el camino, que espero nadie recoja   y mucho menos tome como ejemplo.

Eran personas, situaciones, sensaciones, emociones e ideas, sobre todo "ideas" que eran mi tratado, mis máximas creencias sin las cuales pensaba no podría vivir. Que siempre creí, de manera ciega, me hacian todo mucho más fácil, y ahora recien me entero por mi propia cabeza que eran un calvario auto inflingido, que me causaban realmente una dolorosa  y certera muerte, pero que insistia en ver como mis antidotos o mi salvación..

He renunciado a personas que cargué, si! que cargué de modo explícito. Lease de modo literal.

Personas cuya única satisfacción era hacerme mal...  y bueno, en mi defensa solo puedo afirmar que  mi único orgullo puede ser que lo que hice, sea lo que sea, fue de buena fé y con buena intención...

También dejé atrás casi sin darme cuenta amistades que eran como la bruja aquella de nariz respingona y sonrisa burlona que siempre estuvieron alli para recibir mis favores y a cambio, ellos me entregaron mesquindades, ruinmente maquinadas como la manzana envenenada... preparada con cuidado para mí con la única intención de hacerme daño.

Y todo ese tiempo, de modo irónico, me sentí tan feliz! Dios guarde!, feliz.

Lo escribo y no lo creo!

Rodeada de mentiras, hipocresía, envidia y sobre todo, mucha maldad. 

Cercada por lobos, quienes me arrullaban, con canticos embriagadores de sirenas, con los cuales me sentia totalmente protegida, segura y cuidada, sin saber que si, en efecto, me encontraba rodeada de ellos pero solo para evitar que me llegaran buenas personas, cerrándome puertas, para preservar su propia existencia, para seguir chupándome la sangre y perpetuar así, mi aislamiento.
Tiempo perdido. Ese ha sido, tal vez,  mi peor derrota en la vida. El bache más grande en mi camino.
Entregar mi tiempo a quienes no lo merecían recibir. El transformar en años, meses, días y horas mi presencia a personajes que no valían un suspiro, mucho menos medio minuto.


¿Cómo se puede estar equivocada tanto tiempo?... aún desconozco la respuesta, solo se que existe el mal y queYo dancé con él. No una sino muchas veces. Varias melodias en diversos escenarios con diferentes bailarines en distintos tiempos, con coristas contratadas para tal fin... embelezada, obnubilada, ciega por decir lo poco.

Tarda pero llega... un golpe de luz  que te aturde y te aclara el panorama...  y ahora con mi nueva óptica me espanto de aquello!

Me espanto de todo lo malo que ahora desprecio y que con asombro y algo de verguenza, desconozco el porquè me atraían tanto... el porqué no podia desprenderme de ellas.

No me canso de voltear la mirada, sobre mis propios pasos, recorriendo el pasado, para  caer  en cuenta con mucha verguenza y valentía a la vez, lo equivocada que siempre estuve.

No por falta de inteligencia ni de malicia, sino por una especie de miopia emocional y falta de amor propio, las cuales no me permitían ver con claridad quién era quien, provocando que confiase en quien ni la propia sombra le seguia.

 He aprendido que en la vida hay momentos en que tu mente se va de paseo y tú dejas de ser tú. O por lo menos, tus actuaciones son todo lo que no quisieras para ti!

 Y allí estas pues,  lastimándote una y otra vez, metiendo tu dedo con uña sin limar en tu propio espacio de dolor, sin ayuda de nadie, salvo tu propia estupidez... y como si fuese poco, sales al mundo sin brújula, colocándote un gran antifaz, grueso y pesado, que no te permite saber la dirección en que van tus pasos.

Y desconoces donde estas, hacia donde vas y en definitiva quién eres o qué deseas para tí.....

Totalmente a la deriva, ciega,  empeñada en que sabes lo que haces, sintiéndote sabia, poderosa y acertiva, rodeada de aquellos que desean tu bien y te gritan desde la orilla "hacia ya noooooooooo", "Regresa!!!. Frente a ti hay un abismo!", "ya no des un paso más en falso".... y decides ignorar con plena conciencia esas voces, sabiendo que nadie se salva solo y que tú no serias la excepción... Con el resultado que a nadie asombra, salvo a tí... y te molestas e insistes en creer que los demas son los culpables, cuando tu errar es de tu autoría, así como todas las consecuencias que emanan de tus actos.....

Entonces es, cuando unos cuantos años más tarde, caes de rodillas por el tiempo perdido, por las ganas malgastadas, por los caminos recorridos, distantes, pero en círculos y te das cuenta que ha sido errado el camino, que malgastaste la suela de tus zapatos sin necesidad y sin beneficio.

Y solo te queda el sentir verguenza y un poco de autocompasión.  Verguenza no porque erraste, no por las malas decisiones, no por lo mucho que sufristes.... No! La verguenza se siente por la exposición... por aquellos que supieron la historia, por aquellos a quienes les diste la espalda en tu empeño de estar equivocada, por las manos que te brindaron ayuda, consuelo y apoyo y que tú en tu infinita terquedad rechazaste..

Pero la Naturaleza es sabia y el tiempo todo lo cura. El tiempo todo lo sana.

Y heme aquí reflexionando, con mi pequeño gran momento de introspección tantos años despues... en mi soledad perpetua pero en compañia de mi barra espaciadora... en el silencio que me permite el teclado de esta máquina, pensando en voz baja pero con el cerebro estallándome con mil palabras que luchan por quedar aquí plasmadas, percatándome que a ciencia cierta y con mucha suerte el camino andado con sus tropiezos incluidos y los muchos desaciertos, todo, todo en conjunto ha sido para mi bien.

Lo admito! Valio la pena! Incluso este mismo viaje lo repetiría, solo que con más calma, con letra más legible, con esos lentes de aro que tanto odio y un poquito más de sabiduria.

Tal vez el desenlace sería el mismo, pero con menos heridas y con un sabor más gratificante, porque hubiese saboreado cada sorbo de mi viaje... Con seguridad hubiese disfrutado mucho más todo lo vivido,  admirando lo que tenía que admirar, obviando aquello que realmente no valía la pena y protegiéndome de aquello que me hacia daño.      

Lo admito y repito, el viaje en sí no ha sido del todo malo...
Depende de la perspectiva con que se mire la historia.... Hoy mi cristal está algo opaco... es por ello que me arrepiento de mucho y me vanaglorio de poco...
Tal vez mañana mi visión sea más clara, mi apreciación mucho más justa y por ende mi análisis, menos tétrico....

Lo único que tengo por seguro es que realizaría el mismo viaje, con los mismos peligros, protagonistas y enseñanzas...

Solo le agregaría un poquito de valor... Ese valor que ahora tengo y que siempre necesite tener desde que abrí mis ojos llenos de esperanza...    

No hay comentarios:

Publicar un comentario