lunes, 26 de enero de 2015

El Bon bon bum

Con su bon bon bum en la mano salía a "cazar" o a ser la "caza" en espera de un afortunado a quien seducir o algún ocioso que quiese desbordarse sobre y en ella.

Desde que tomó la decisión de separarse de su mal llamado marido y abandonar el cuarto "conyugal", poniendo distancia entre ella  y aquel que le mentía, su mundo dió un vuelco vertiginoso y en descenso, de la libertad que siempre tuvo al más puro y descarado libertinaje.

Es cierto, como toda mujer separada y de "cierta edad", supuso que tendría un cambio de vida y  romances en demasía, pero nunca que se convertiría en un ser tan desvergonzado y promiscuo, con dos, hasta en ocasiones tres compañeros sexuales en su rutina diaria.

Y como todo en ella, se inició en esta vida alternativa de modo excesivo, desquiciante, sin control... dejándose caer de bruces sobre este su nuevo tipo de malsana adicción.

 Con una hija que mantener, criar y atender, se dedicaba a su sexualidad a ratos, inicialmente cuando "se podía y hacia espacios", pero una vez inserta en la función se hundía en ella, sin frenos ni miramientos de ningún tipo. Sin analizar peligros, riesgos, consecuencias o bajas ....

solo con una meta en su entrepierna, gozar hasta más no poder sin detenerse a pensar en el nombre de éste o de aquel.

Si estaban frente a ella, por algo sería.... algo querrían...  para qué más? Para complacerse mutuamente como solo una adicta al sexo, recién descubierta, podría hacerlo.


Es una mujer con suerte, pues siempre la ha tenido...

Nunca sola. Con protección o sin ella.
En compañia de su bon bon bum rojo. Ese juguetito pegajoso que tanto le apetecían a ella y a sus amantes, con el cual  iba conquistando cuerpos y jugándose la vida...así va ella con su azarosa agenda a cuestas y cada vez más enredada.        
.   

Dejándose amar donde cayese la oportunidad, iniciando en moteles, cuartuchos, pensiones de cuarta y degradándose cada vez más, donde la circunstancias y las ganas chocaran...

"levantada" y penetrada en oficinas, baños públicos, carros de desconocidos, paradas de buses, callejones, detrás de palmas y entre el follaje del patio de la vecina aquella de la cuadra a la cual no soporta...                                                                                        

Y de este modo, con su bon bon bum recorre los cuerpos que posee, penetra sus excitados orificios naturales y se humedece los  labios maquillándolos con su pegajosa y olorosamente húmeda sustancia....
creyendo que solo así venga el engaño de su marido quién siempre la dejaba abandonada en la esquina de la casa como un mueble más y asi poco a poco, saltando pechos, lamiendo cuellos, arruñando espaldas, dominando penes, consumiendo labios y conquistando orgasmos, dejó de llorar, de sentirse menos, aún cuando ésto era lo que realmente ocasionaba, un mayor sentimiento de minusvalía y pobreza emocional.

Como si no pudiese caer aún más bajo, cínicamente empezó a llevar a sus amantes a su propia casa, en ausencia  de ese que se hacia llamar su "marido" y mientras su niña dormía, se dedicaba al sexo de modo aberrante, de las formas más esclavizantes y desafiantes sugeridas por sus amigos, sin nombres ni presente.
Desconocidos en realidad.

Ya no los buscaba, solo llegaban!. Su fama la antecedía: la que todo lo permite, la que más embestidas soporta, la que besa con sabor a "fresa" y hace maravillas con el "dulce rojo" aquel que siempre la acompaña y que la mantiene azarosamente ocupada.  

Y entre uno  y otro amante, en el torbellino de sus citas clandestinas, entre matorrales, casuchas y su propio hogar, se mezcla con cuerpos sudorosos sobre y bajo ella. Doblemente penetrada, por diversos falos y su invitada especial, su chupete rojo. El bon bon bum que se ha convertido en su sello indeleble...

y entre cansancios y maromas, ajetreos y maltratos, totalmente utilizada salta en cada esquina que le apetece y se vuelve descuidada...

Se distrae, se olvida de aquello realmente importante... de su hija y sus cuidados... cada vez más inmersa en pasiones desenfrenadas, sucias, anónimas, que la dejan deshecha y estropeada.

Cansada, se duerme...
Ajena al mundo que la abraza, cree que todo está en control.

Ella sola se engaña. Inmersa en el supuesto amor que siente por su hija, en su mundo de gazmoñería,  cumpliendo en su trabajo de día y rogando que llegue la noche para desenfrenarse.


Fingiendo ser lo que no es.
Dejando cabos sueltos, lugares sin limpiar, regeros por doquier... Salpicando a otros por su actuar. Olvidando en la escena su eterna compañia, su juguete rojo. Su bon bon bum querido, utilizado por ella y sus amantes en sus juegos eróticos y ahora hace un día "extraviado"...

No recuerda si se lo llevó alguno de sus amantes. Mucho menos si lo botó. Lo cierto, no aparece su compañera, su confidente, su vibrador personal... Su tan conocida y chupeteada bolita roja, aquella que se lleva a las mil maravillas con sus labios y su vagina...
Ni modo! Lo olvida. Probablemente se gastó en su úlima diversión...

Sucia, culpable, sorprendida y expuesta, asi se sintió. Absorta y confundida por su pérdida, despierta de su letargo, espantada, avergonzada... al escuchar a su pequeña hija quién le suplica " ¿Mamí, me podrás comprar otro bon bon bum? que el que  encontré en la sala ya se me acabó y me encantó"...

Sucia, culpable, sorpendida y expuesta, así se sintió...

Ya habrá tiempo para sentirse miserable o responsable... Ahora a limpiar su desastre.... a ordenar sus prioridades, ya que las tiene pero las habia olvidado...

    Es tiempo de pensar en la niña, en preservar su salud, conservar su inocencia y abandonar a la sucia mujer en la que se ha convertido. 

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