martes, 6 de enero de 2015

Elisa, como vaso de agua...

Así la llaman "como vaso de agua"....

Como vaso de agua, que no se le niega a nadie.

Así era la chica del barrio aquel.

Llamémosle Elisa, solo por humanizar y por respeto a la protagonista de mi historia...

Elisa es una chica cualquiera, de esas del monton, veintianera llegando a los treinta. Edad de la madurez o por lo menos eso espera. Soñadora, coqueta, inquieta, fuerte por fuera, soberanamente frágil por dentro... Amiguera, traviesa y curiosa, con ganas de vivir, aprender y descubrir...  Con poca suerte en el amor, pero mucha experiencia en lo carnal, en lo sexual, muy a su pesar.

Que le antecede una mala fama por estar siempre acelerada. Dando pisadas alargadas para llegar al final cuando recién empieza una relación. Siempre dispuesta a dar, a entregarse de modo nada solapado. Sin disimulo alguno. Con sus atributos, siendo muchos, abiertos de par en par. Sin morbo, sin tabues ni conflictos moralistas que la envuelvan...

Alegre, cautiva y cautivadora. Presa y cazadora... Perseguida y acechadora... Dejándose seducir por todo aquel que con ella quisiera pasar un buen rato, largo o corto, dependía del hombre porque ella era descomplicada, de "fácil amar".... con la que era fácil comenzar y aún mucho más fácil terminar.

Siempre atenta a "las señales" que le envian los posibles consortes masculinos... para entablar una conversación amena pero breve que inevitablemente terminara en cama.

Elisa sin saberlo actua como vaso de agua... que una vez saciada la sed de aquel que la tomó, la desecha... cual trasto lanzado al lavaplatos para ser reciclada mediante la magia del agua y el jabón, dejándola como nueva, presta para que otros más puedan tenerla a su disposición.



... Como vaso de agua, siempre utilizada. De la única manera en que se siente "bien tratada".... con ansiedad, con apuro, a lo clandestino, con urgencias para luego albergar en ella un sentimiento de mayor vacio que el dejado en el encuentro anterior.

Asi es ella, como un gran vaso de agua. Frio o caliente, pero como el vaso aquel que no se niega, que se regala, que se entrega de manera totalmente gratis...

También es transparente. No engaña ni miente. No es una prostituta, tampoco es una chica promiscua. (Es en este momento que Ud. querido lector, se sorprende y gira su cabeza de un lado a otro, en señal de desaprobación, porque piensa que Elisa es una gran puta....) ... Le aclaro: tal vez, solo tal vez, es un poco regalada...

Es una ingenua al creer, maliciosa al querer y lastimada al dejarse vencer...
Repito, no practica la infidelidad. No cree en los amantes, en orgías ni en trios.
Es leal, sincera y honesta. Atributos subutilizados, poco valorados y nulamente observados por el destello palpitante y embriagador de sus pronunciadas caderas y su cadencia al andar ... 

Abierta cual libro interesante que muchas manos han leido, con sus páginas manchadas, con olores quizás nauseabundos y con dobleces por doquier y a pesar de ello, aún con historias por contar, mundos por conocer así como cielos y soles por descubrir... y demasiado amor por ofrecer.

Le gusta amar y que la amen. La enloquece el amor y todos sus paradigmas, misterios y enredos.
Le gusta el compromiso, las atenciones, los mimos, la galanteria y los juegos previos. Le encanta el arte de la seducción y el flirteo... Lo sabe jugar muy bien, aunque siempre resulta perdedora. Al parecer, el orden de los factores sí afecta el producto...

Solo entrega lo que considera es lo mejor y único que tiene para ofrecer, su cuerpo, sus caricias, besos y momentos.

No sabe hacer más. No le enseñaron a más.

Está sedienta de afecto. Muere por aceptación.

Lo ve como un trueque justo, favorable... un intercambio más necesario para ella que para cualquier otro, con amplias ganancias que persigue una y otra vez... compañía, conversaciones, alegrias, apoyo, salidas, risas, placer, protección.       También amargas despedidas, confusión, vacío y dolor...

Elisa entiende vagamente lo que es que es una relación, pero siempre tiene una en ciernes, en su vida o en el salón de "espera".
No ha apagado una vela, cuando ya va prendiendo otra...

Y vive confundida.... que para ella es lo mismo compañia que el sentimiento de no sentirse sola por ratitos, el sexo y el amor, el amor y la necesidad... Confunde "el soy utilizada" por la tan trillada frase "éste... éste sin duda me ama" y va de hombre en hombre dando tumbos sin cesar, absorta en el mismo ciclo una y otra vez, en una espiral empinada sin parecer que podrá detenerse en algún punto de su trajinada vida... 

Sabe que ya van muchos, y sin embargo, lo sigue intentando.
A pesar del que diran, de las miradas desaprobatorias, de los murmullos y cuchilleos al ellar pasar...

Tiene fe absoluta en que en algún lugar él la espera. No sabe cuando ni quién sera, mucho menos cómo... Lo cierto: Ël la busca, la necesita y la desea, solo que aún no la ha descubierto...


Sus vidas aún no han hecho "click" pero lo siente cada día más cerca. Lo presiente, lo adivina. No tiene idea
quien será, pero existe. Está alla afuera. Puede ser cualquiera. Solo debe estar atenta, receptiva y dispuesta... Lista para dejarse "atrapar"...  Puede ser aquel que hoy en la noche le sonreira... o quien le mandó ayer su número de celular anotado en un papel... o el hombre aquel que la sigue todas las tardes desde su auto, camino del trabajo a casa...o el tonto del trabajo que no se atreve a acercarse, por miedo a su "fama" pero que ella sabe, que es por él en silencio, admirada.


No tiene certeza quien la sacará de este torbellino de amor en el cual
vive, pero lo siente cerca...Cada día más cerca... Por tanto, sigue atenta ... a los gestos, miradas, sonrisas y ademanes de todo hombre nuevo que llega a su vida... presurosa  a darle el sí a sus avances, con la esperanza de que éste sea el definitivo...

Con la esperanza de ser, por enésima vez, la "elegida"... entre tantas aguas que existen en el mercado, unas de colores, otras con sabores, aquellas aromatizadas, algunas nacionales, otras extranjeras. Todas más caras e inaccesibles que ella... pero todas compitiendo por ser tomadas...

      Mientras tanto, Elisa, transparente, sencilla, descomplicada y demasiado barata, sigue encaramada en su montaña rusa, dando vueltas, bajones y subidas, regando su agua en cada curva o en cada zigzageo mortal de su andar... 

y sigue a la espera... como un vaso de agua más, que no se le niega a nadie y que con seguridad aplaca la sed...  

de a momentos, de a poquito... por raticos.... pero de que aplaca la sed, la aplaca!!!
       
 
  

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