sábado, 15 de noviembre de 2014

Desde niña esa misma extraña sensación


De niña ella lo hacía todo por complacer a su padre... Casi no respiraba, aprendió a no quejarse, a ser independiente, a hacerlo reír, a no pedir nunca nada para si, a obtener buenas notas... 

Hizo suyas sus aficiones, como papá leía, bailaba, amaba la música y analizaba las películas q veían juntos. Igualmente dominaba el arte de hablar en público y de escribir correctamente. 

Todo lo hacía como papá, lo conocía bien... Realmente demasiado bien para su propio mal. Ella sabía anticiparse a Él por lo q sabía muy bien qué y cómo hacer para no hacerlo enojar. Al menos eso ella creía! 

Supo siempre despérsonalizarse, no captar mucho la atención, y sin embargo no sabe cómo ni porqué, pero su padre de una ú otra manera siempre se sintió decepcionada de ella. Deseaba más de ella, se quejaba todo el tiempo incluso sin hablar! Bastaba esa mirada desaprobatoria que le lanzaba para percatarse una vez más que le había fallado a papá... 

Nunca supo exactamente que le incomodaba a su padre de ella, lo cierto era que nunca pudo satisfacerlo en nada. No sabía hacerlo feliz por más intentos ... sencillamente no era "buena, lo suficientemente buena" ante sus ojos.
Algo le faltaba, algo fallaba, pero siempre caía ante si la crítica velada, malsana, hiriente y que la dejaba sin defensas sintiendose sumamente mal, abandonada, sola, fea y estúpida. Sería por esto último q su papá no la quería, por ser tan estúpidamente torpe! Lo que llama la atención es que se repite aquel comportamiento de dar en demasía, de estar pendiente de detalles, de anticiparse, de querer colaborar en todo, de no ser carga de nadie, y aún así... persiste esa misma extraña sensación...

Esa extraña sensación de no encajar, de no complacer, de no hacer feliz al otro. Aún hay miradas desaprobatorias, críticas destructivas, gestos de "no me gustas nada" y el triste resultado de "tu no me haces feliz"... Algo sigue fallando en ella. No merece ser amada por incompleta, no puede sér feliz a pesar de todo el esfuerzo que hace... No logra que la quieran por quien es ni por lo que esta dispuesta a ofrecer, y que ironicámente es mucho.

Áún subsiste esa mirada de "te falta más", no me satisfaces y por más que hagas sólo me enfocaré en lo mal hecho, en tus olvidos, en aquello que faltó para que repitas en ti una y otra vez esa sensación infantil de que debes ganarte el afecto y tal vez sólo entonces, te querré... 

A punta de migajas, pero te querré... Como se quiere a un perro que te espera y te venera...de a poco, por premio y castigo...

ESCRITO DE MAYO 2011...

Primera Pintura de EDUARDO DESCONSUELO, Río Frío


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